La ironía de la vida, que la muerte es ley de ella. Nacemos y morimos, no ha escapatoria ante la negra presencia del tiempo que pasa. Los granos del reloj de arena van cayendo lentamente. Uno por cada alma que es arrastrada por la dama de la oscura capa. El sudario que la envuelve no será más acogedor que aquello que te espera en vida, pero es lo que te queda, ya que por mucho que te ocultes, ella siempre te encontrará.
Corre por un camino lleno de afiladas rocas. Huye. Date prisa, una sombra se cierne sobre ti. Las calles no son seguras, las farolas que acompañaban tus pasos se van apagando a medida que pasas por su lado. Una presencia extraña te va siguiendo. Un escalofrío recorre tu espalda. Sientes algo que no debería estar tras de ti. Te giras. Nada. Silencio. Viento. Un gato callejero que salta por los contenedores. Será eso, el gato te ha asustado. Tratas de convencerte de que todo está bien. Unos metros más y estarás en casa. Todo está bien, todo está... bien... ¿O no?
Otro sonido. Alago ha golpeado el contenedor. El gato ha gritado. No era un maullido, ni un ronroneo, ni siquiera un bufido. Dolor, muerte en las esquinas. Estás en el portal y has sacado las llaves. Están en la cerradura. Tus manos tiemblan y se pierden en el pomo. Una sombra se cierne sobre ti...
Después de esta ausencia, soñadores, os dedico esta oscura entrada. La continuaré cuando tenga más tiempo e inspiración. Hasta entonces, me despido con esto
Biennnn, el regreso de la hija prodiga!! pufff, la verdad es q me da mal rollo, pero ando en plan abatimiento-bipolaridad-gore y ma molao.
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