La ilusión de un espejo roto
lunes, 17 de enero de 2011
Tap tap tap
Se puso los zapatos de tacón y salió a la calle. Tap tap tap iban sonando por las aceras, tap tap tap mientras se acercaba a la puerta. Tap tap tap mientras caminaba por las calles, tap tap tap cuando saluda a la gente. Tap tap tap entra en un callejón, tap tap tap mientras se le acerca un mendigo. Tap tap ahhhhh cuando le clavan una navaja en el estómago. Eran bonitos tus zapatos de tacón, pero no te sirvieron para nada, para nada, para nada. Ahora sólo sirven para adornar unos pies muertos, tirados en un callejón oscuro por el que no suele pasar gente.
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