Estaban en lo más frío del invierno. El suelo estaba frío, totalmente congelado. Le costó horrores cavar su tumba en el frío suelo del cementerio. Los cristales de hielo que se formaban en la tierra eran difíciles de romper y cada vez costaba más sacar la tierra. La pala se clavaba mal en el suelo y a veces resbalaba sobre la superficie del piso. Cuando terminó clavó la pala en la cabecera de la fosa y se dejó caer. Cuando terminó tenía escarcha en las pestañas.
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