Hoy me he vuelto a mirar en es espejo después de mese sin hacerlo, bueno, sin mirarme en serio. Me había mirado antes, pero sin mirarme de verdad, sólo para afeitarme y tal vez, sólo tal vez, arreglar un poco mi aspecto. No sé que esperaba encontrarme, pero desde luego no lo que vi.
Tenía unas ojeras increíbles, como quien llevase varias semanas sin dormir bien ni lo suficiente. Otra vez esos ojillos tristes de antaño. Parecía haberme librado de ellos, pero ahí estaban de nuevo. Mi piel tenía un tono pálido enfermizo. Había adelgazado mucho en poco tiempo, mis pómulos estaban muy marcados, se notaban los huesos de mi mandíbula con tal definición que no necesitaría una radiografía para poder verlos con nitidez.
Otra pesadilla. Unos ojos marrones que me importaban demasiado. Ese hombre que tanta felicidad me había dado. Se fue y no volverá. Me miro al espejo y no veo más que una sombra de algo que tal vez fui en su día, pero que no volveré a ser.
Espero que os guste soñadores, es algo que se me ocurrió esta mañana mientras llovía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario